Los rostros redondos irradian calidez y cercanía, con sus curvas suaves y simétricas que transmiten un encanto juvenil, amable y equilibrado. Su armonía natural y versatilidad permiten infinitas opciones de estilo, desde resaltar la suavidad hasta crear contraste con accesorios como gafas de sol. Esta adaptabilidad hace que los rostros redondos resulten naturalmente atractivos y favorecedores para todos.

Un rostro redondo suele tener estas características: el ancho y largo del rostro son casi iguales; las mejillas son llenas y la parte más ancha del rostro; la mandíbula es suave y poco definida, con pocos ángulos; la forma general del rostro es circular o ligeramente ovalada. Si te suena familiar, probablemente tengas un rostro redondo.

Las gafas de sol redondas u ovaladas no favorecen tanto a los rostros redondos, ya que acentúan sus curvas y pueden hacer que el rostro parezca más ancho o lleno. Para aportar estructura y definición, evita estas formas y elige monturas con líneas angulosas y marcadas, que aportan un aspecto más equilibrado y estilizado.

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