Para limpiar su montura nueva, utilice agua tibia para eliminar cualquier pequeña partícula de polvo y suciedad y deje que se sequen al aire siempre que sea posible. No le pase un trapo a los cristales cuando estén secos, ya que esto puede rayarlos.
Elija productos de limpieza específicos para gafas y un paño suave limpio que no deje pelusas. Evite utilizar productos de limpieza de la casa o tejidos con relieve.
Coja su montura por el puente, no por las patillas: esto la protegerá de doblarse accidentalmente. Para ajustarlas si se desalinean, utilice un minidestornillador.
Cuando no lleve las gafas puestas, guárdelas en su funda con los cristales hacia arriba. Esto las protegerá del polvo, las rayaduras y de doblarse.
Minimice el contacto con cosméticos o perfume, estos pueden ensuciar los cristales y dañar el recubrimiento protector.